«Soy muy negativo/a, siempre pienso de forma negativa…» Hoy me gustaría comentar lo que, a mi parecer, significa esta frase y la idea errónea que tenemos acerca de ella. Muchas son las personas que piensan esto, de hecho, me atrevo a decir que el 90% de la gente que pasa por mi consulta lo dice en alguna ocasión. Y si, es cierto,  los humanos tendemos a lo negativo, no es algo característico de una persona, si no de la sociedad en general.

Pero lo que quiero plantear aquí es la diferencia entre nuestra forma de pensar, ya sea negativa o positiva y la predisposición que tenemos ante cualquier estímulo, sea éste cual sea. Siguiendo el esquema A-B-C explicado en otra entrada, ante cualquier situación generamos unos pensamientos y son estos los que nos hacen actuar o sentirnos de una manera determinada. Cuando emitimos pensamientos, sean positivos o negativos (B), son estos los que nos llevan a tener una predisposición, igualmente positiva o negativa (C – conducta), por lo que nuestro cerebro dará por valido ese pensamiento y se pondrá en marcha para llevarlo a cabo.

De tal forma que si pienso «no voy a aprobar ese examen», «no voy a conseguir el empleo», «no voy a gustarle a estas personas», inmediatamente mandaré la orden a mi cerebro para que se predisponga a ello, y emitiré una conducta contingente a estos, es decir, me enfocaré en las preguntas que no se contestar, en lo nervioso/a que estoy y lo que me tiemblan las manos en la entrevista, en como me miran los demás y evaluar cada señal… Esto funciona como una cadena, al pensar de forma negativa generaré comportamientos enfocados a la mayor cantidad de detalles negativos posibles, por lo que será más probable que esto tan negativo que tengo en mentese cumpla. De ahí la frase «si piensas que te vas a caer al final te caes», por que sin que tu lo sepas tu cerebro está pendiente de cualquier señal que te indique que es el momento para hacerlo.

Y aquí surge la duda «es que cuando pienso en positivo nunca se cumple». Exacto, a veces pienso que voy a conseguir algo o que va a pasar algo maravilloso y no lo consigo ni ocurre eso que había pensado. Aquí es donde se observa bien el poder de la predisposición. Cuando te predispones positivamente tienes más probabilidades de conseguir lo que piensas, pero eso no significa que lo vayas a conseguir el 100% de las veces; al igual que muchas veces nos predisponemos negativamente y no ocurre lo que habíamos pensado. Ante una predisposición positiva, siguiendo la explicación anterior, tu cerebro se enfocará a conseguir dicho objetivo.

  Cuando te predispones aumentas la probabilidad de que ocurra lo que piensas,  ya sea esto positivo o negativo.

Entonces, ¿en que se diferencia la predisposición de la forma de pensar?

Los pensamientos positivos o negativos van más allá de la predisposición, es decir, una vez que me predispongo y sucede el evento, sea éste cual sea, es cuando se activa de nuevo el esquema A-B-C y vuelvo a tener la oportunidad de volver a valorarlo, por lo que vuelven a entrar en juego otra vez los pensamientos.

abc

Pero antes de continuar, es importante distinguir entre un pensamiento positivo y uno negativo:

Por lo que, si ante un evento negativo (A) emito pensamientos negativos (B) entraré en un bucle en el que se encuentra el drama, la indefensión y la desesperanza, y por lo tanto mi consecuencia tanto conductual como emocional será negativa (C). Pero si ante un evento negativo (A) pienso de forma positiva (B), seré capaz de ver las dificultades pero también las oportunidades y mi consecuencias serán positivas (C).

Sin título

* Una profecía autocumplida es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.

 

Un comentario

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.