Siempre nos preguntamos por qué cuando alguien tiene un problema psicológico (ya sea ansiedad, adicción, obsesión, anorexia, depresión o cualquier otro) sigue realizando conductas que lo que hacen precisamente es seguir manteniendo ese problema en vez de eliminarlo. Parece una contradicción y, de hecho, visto desde fuera es incomprensible, pero todo se debe a un mal aprendizaje y una mala gestión de las experiencias.El comportamiento humano es muy complejo, pero el aprendizaje de nuevas conductas, ya sean consideradas positivas o negativas es algo relativamente simple. Existen varios tipos de aprendizaje: por ensayo-error, por observación o por asociación, el aprendizaje por condicionamiento ya sea clásico (más conocido por los experimentos de «El perro de Pavlov») u operante (basado en las consecuencias obtenidas por la realización de una conducta), etc.

En este artículo me centro en el condicionamiento operante para explicar el aprendizaje de todo tipo de conductas y, por lo tanto, el mantenimiento de una alteración o trastorno psicológico. Se basa en el aprendizaje de una nueva conducta en función de sus consecuencias, es decir, cuando se emite una conducta ante una determinada situación y ésta es reforzada positivamente quedará grabada en nuestro repertorio conductual para volver a repetirla en otras ocasiones cuando las circunstancias sean iguales o parecidas; en cambio, si una conducta nos provoca unas consecuencias negativas o aversivas evitaremos volver a emitirla.

SITUACIÓN  ->  RESPUESTA  ->  CONSECUENCIA + O –

Cuando una conducta o respuesta provoca una consecuencia positiva activa el famoso sistema de recompensa de nuestro cerebro, que es el encargado de «recordarnos» aquellas conductas que nos fueron útiles en el pasado y que nos proporcionarán algo bueno. El problema está en que ese sistema es muy potente  la hora de guardar reforzadores positivos a corto plazo, lo que explica el mantenimiento de muchos trastornos: se obtiene un beneficio inmediato pero no duradero en el tiempo.

De ahí que cuando una persona sufre de ansiedad o agorafobia evita salir de casa, porque su cerebro evita de forma inmediatamente los síntomas negativos de la propia ansiedad y proporciona una sensación de seguridad y tranquilidad (quita algo negativo y ofrece algo positivo). Pero no cae en la cuenta de que lo que realmente está haciendo es reforzar la conducta de evitación ante la presencia de esa ansiedad. Por eso, al no enfrentar nunca el problema significa que seguirá presente y por lo tanto seguirá afectando.  Del mismo modo ocurre con un adicto que sigue consumiendo aun cuando no quiere hacerlo. Su consumo (respuesta) ante una determinada situación le proporciona unas consecuencias positivas (colocarse, divertirse, eliminar el síndrome de abstinencia, evadir…) y estas tienen más poder para su cerebro que las consecuencias negativas, las cuales vistas en perspectiva son mucho más destructivas.

Al igual que en estos ejemplo pasa con cualquier tipo de alteración. Es normal que una persona no lo entienda cuando no es ella misma la que recibe esas recompensas.

A todo esto me gustaría añadir, para que no haya confusión, que ésta no es la única razón, causa o explicación para el mantenimiento de un trastorno, hay muchos más factores que lo determinan, pero éste es uno de esos muchos e incluso quizás el más básico.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.